CRISIS Y EL CRÉDITO EN EL PERÚ
Adrián Armas
Gerente Central de
Estudios Económicos del Banco Central de Reserva del Perú
Desde que se agudizó
la crisis financiera internacional en setiembre del 2008, el crédito al sector
privado ha crecido en 13%, la tasa más alta entre los principales países de
América Latina. Esta evolución del crédito-junto con la continua expansión del
financiamiento del mercado de capitales local-ha permitido que la economía
peruana enfrente con buen pie el embate de la mayor crisis financiera
internacional desde 1929.
El sistema financiero
ha podido responder de esta manera gracias a una reacción oportuna del Banco
Central de Reserva para proveer liquidez en soles y dólares de manera masiva en
este período. La provisión de liquidez por parte del BCR (equivalente a
aproximadamente 9% del PBI) contribuyó a reducir la incertidumbre y volatilidad
en los mercados monetario y cambiario, y de esta forma impedir que la
restricción crediticia internacional contagiara al financiamiento local.
Una medida preventiva,
menos conocida, que contribuyó a fortalecer la capacidad de respuesta de la
banca local y por tanto ayudó al sostenimiento del flujo del crédito fue el
cambio en el régimen de encaje a los adeudados con el exterior. Con esta
medida, el BCR contribuyó a que la participación de los adeudados de largo
plazo en el total de financiamiento del exterior de los bancos se eleve de 22%
en setiembre del 2007 a 58% en setiembre del 2008 (y a más de 82% en la
actualidad).
En efecto, la banca
obtuvo financiamiento externo de largo plazo por alrededor de US$ 3.000
millones entre el 2007 y el 2008, equivalente a 3% del PBI, antes que las
condiciones financieras internacionales se endurecieran drásticamente a escala
mundial con la quiebra del Lehman Brothers en setiembre del 2008. Así, el mayor
peso del fondeo de largo plazo fue un factor estabilizador de las fuentes de financiamiento
del crédito al sector privado.
Asimismo, la tasa de
remuneración al encaje en dólares mantuvo un criterio de vincular su evolución
a la tasa de interés internacional y por ello en este periodo se registró una
disminución en su nivel. Así, la tasa de interés de remuneración al encaje fue
3,5% en setiembre del 2007 y disminuyó a 0,4% en diciembre del 2008 y a penas
0,2% actualmente. Por tanto, no es exacta la afirmación, de un artículo
reciente, que señala que el aumento de la remuneración al encaje en dólares
haya sido la causa principal de que los bancos hayan elevado el financiamiento
externo de corto plazo.
El crédito no solo ha
continuado aumentando, sino además se ha venido desdolarizando. Hoy el peso de
los créditos en soles es 53% en el total del crédito, frente a 36% hace tres
años. La desaceleración en el crecimiento del crédito en dólares, que pasó de
17% en el 2008 a 1% desde la agudización de la crisis internacional, refleja
una menor demanda por créditos asociada a la caída de casi 40% en el comercio
mundial en el último año, que se tradujo para nuestro país en menores
importaciones y exportaciones por aproximadamente US$ 12.000 millones.
Esta menor demanda por
créditos en dólares de las empresas y la alta disponibilidad de liquidez en dólares
de los bancos han conllevado a que estos reduzcan su demanda por fondos en el
exterior. Esta situación por tanto fue diferente al recorte de líneas de
crédito del exterior que se registró con la crisis rusa en 1998. Cuando los
factores de oferta de financiamiento son los que explican la desaceleración del
crédito, las tasas de interés se incrementan, ya que el fondeo se vuelve
escaso, y no disminuyen como en esta oportunidad. Así, la tasa de interés
promedio interbancaria en dólares disminuyó de 4,85% en agosto del 2008 a 2,62%
en setiembre del 2008 y continuó reduciéndose hasta apenas 0,22% en marzo de
este año.
En resumen, el crédito
no solo continuó fluyendo a la economía, sino que las tasas de interés se han
reducido y se mantiene una posición patrimonial sólida en el sistema financiero
y en las empresas en general.
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